En su edición número XX, el Salón del Cómic de Zaragoza abrió sus puertas por primera vez el viernes por la mañana. Una decisión que se tomó pensando sobre todo en la visita de escolares pero que incluyó también al público en general, tras la reserva de una entrada gratuita. No había, por tanto, ninguna sesión de firmas programada para entonces. Pero hete aquí que me encontré con Furillo, uno de los puntales del TMEO, que tenía su propio stand (¡no recordaba que es zaragozano!). Además, con una esquina dedicada a la magnífica editorial Autsaider, fiel editora de su obra, por lo que piqué con un par de items, que me dedicó.