Plot
Dice la leyenda que para que un bluesman pudiera sacar las mejores notas de su guitarra, debía pasar una noche sin luna en algún cruce de carreteras perdido, de los muchos que hay en el delta del río Mississippi. Durante esa noche, el demonio en persona afinaría su guitarra para que ésta sonara de tal manera que ningún humano pudiera evadirse de su hechizo, asegurando la fama y éxito a su poseedor. Una bonita leyenda, pero que para muchos era real como la vida misma y tenía su prueba definitiva en la diabólica habilidad con la guitarra de Robert Johnson, del que poco se sabe hasta que comenzó a rodar por las carreteras del delta allá por los primeros años 30, tocando una música que bebía de las canciones espirituales, de las raíces africanas de los esclavos, pero que era diferente a todas ellas.
Una historia que comenzó en una carretera perdida, con un par de músicos negros que buscaban algún garito de mala muerte donde cambiar sus canciones por un plato de comida caliente. (Alvaro Pons)