Argumento
La joven sueca es la hermana menor de Darek, amigo inseparable de Jolan, a quien conoció en Escandinavia cuando este, junto con Aaricia y Loba, fueron obligados a abandonar su pueblo (véase La marca de los desterrados). Ambos hermanos son hijos de parias: expulsados de su hogar —un pueblo cercano al mar Báltico—, quedaron huérfanos muy pronto. Durante mucho tiempo, la vida de Lehla, aunque siempre protegida por su hermano, pendió de un hilo. Al menos, así fue hasta que se cruzaron con el intrépido Jolan, quien los ayudó a escapar de un orondo traficante de esclavos bizantino. Desde aquel momento, su destino cambió para siempre: tomaron la difícil decisión de seguir al hijo de Thorgal y acompañarlo hasta que lograse dar con su familia. Durante los meses y años siguientes, la dulce Lehla y el tempestuoso Jolan se enamoran. En más de una ocasión, el muchacho la besará tiernamente en la mejilla. Lehla reúne todas las características del primer amor de la adolescencia y, además, templa el temperamento de su amado. Por ejemplo, cuando Aaricia encierra a Thorgal varios días para castigarlo (La jaula), le comenta: «Creo que, si realmente quisiera a mi marido, le perdonaría y le pediría que me estrechara entre sus brazos». Con su pelo castaño rojizo y sus mechones de corte recto que caen sobre unos ojos de color avellana tan cariñosos como lánguidos, Lehla tiene lo necesario para enamorar al más rebelde de los jóvenes vikingos