Argumento
Hay historietas que se planifican minuciosamente, con estudiados arcos narrativos y abundante documentación de apoyo, y luego están aquellas otras que van surgiendo en tromba, como el caudal de un río desbocado o las aguas salvajes que estallan tras la ruptura de una presa. Todo apunta a que este segundo ha sido el germen del Sapo Aspen, de Javier Trugeda. Un asunto escamoso y turbio que da comienzo de la manera más anodina y casual, y que sin embargo termina por arrastrarnos en torbellino por ciudades y bosques, por personajes salvajemente humanos y humanamente salvajes, por amistades peligrosas y transformaciones que van más allá de la mera mutación morfológica.
Acogiéndose a la mejor tradición del cómic underground, del dibujo como juego y el relato como partitura que desborda el perímetro mismo del pentagrama, Sapo Aspen ha de ser leído con la misma libertad con la que ha sido concebido, pues es desde este lugar sin límites precisos desde donde mejor pueden distinguirse los verdaderos contornos de esa arcadia ignorada —Aspen—, allá donde quiera que esté. ¡Que me aspen si no dan con ella!