Argumento
Contiene Strange Kiss #1-3 USA
Introducción a la obra, por Warren Ellis.
Las imágenes centrales de Strange Kiss vinieron a mí hará unos cinco años. Una larga temporada de meditar, en la noche, sobre qué es el miedo y cómo funciona en la ficción. Qué es lo que realmente se te mete bajo la piel y vive contigo. El miedo te marca.
El miedo viene de dos formas. Lo que podemos imaginar, y lo que no. Esta última aparece justo cuando nos hemos aclarado por fin. Justo cuando acabamos de imaginar qué es lo peor que nos puede pasar. Ahogarse, vale. Puedo imaginármelo, y por tanto puedo reconciliarme con el concepto. Fuego. Puedes explorar la experiencia de quemarte y concebir cómo sería morir por el fuego. Y al examinar estas cosas, las conquistamos, hasta cierto punto.
Y entonces viene algo como el Ebola. O el Marburg usado como arma. Bienvenido al concepto de una enfermedad que te convierte en una pulga sanguinolenta. A ver cómo te las apañas con eso. A ver cómo te las apañas con la imagen de una madre sangrando por los ojos, literalmente llorando sangre de unos ojos enteramente escarlatas, alargando el brazo para tocar a su hijo...
... Y atravesando con la mano la blanda pulpa sin piel en la que su bebé se ha convertido.
Apáñatelas con eso.
Esto es lo que nos trae de vuelta al horror. Es una necesidad humana. La he visto en mi propia hija; la necesidad de asustarse, de sentir cómo bombea la sangre y los nervios tiemblan. Morirse de miedo nos hace saber que estamos vivos. Y, de acuerdo con nuestros propios gustos y experiencias, necesitamos sustos más y más poderosos a medida que crecemos. En unos años, el susto de sentirse caer y ser recogida de nuevo antes de darse con el trasero contra el suelo no será bastante para mi pequeña. Querrá montañas rusas, e historias más aterradoras de las que está dispuesta a escuchar ahora (porque los niños sabe con qué se las pueden ver, y no se permitirán experimentar terrores ficticios para los que todavía no están preparados).
Yo tengo treinta y dos años. Acabo de ver la escena de borrachera y vómito de la alegremente monstruosa Bad Taste de Peter Jackson. Pero hay una escena en el primer capítulo de Strange Kiss que todavía me hace estremecer un poco. Es una de las pocas ocasiones en las que realmente he logrado asustarme a mí mismo.
Os dejaré para que las veáis con ella.
Warren Ellis
Southend, Inglaterra
Noviembre 2000