Argumento
Todas las ciudades son peligrosas, y no sólo para las personas jóvenes e influenciables. Uno de los maestros del onmyou más poderoso del mundo, el joven Subaru Sumeragi, de tan sólo 17 años, intenta solucionar sus "trabajos" como buenamente puede. Poro un alma pura como la de Subaru sufre por lo que tiene que ver, jóvenes violadas que prefieren el sueño eterno a enfrentarse a la vida, otras que se rebelan contra sus insulsas vidas creyendo ser luchadoras de leyenda, la envidia, el rencor y el deseo que se apoderan de un vestido y a su vez de su propietaria...
Por suerte no está solo en la gran ciudad: tiene a su lado a su hermana gemela Hokuto, tan diferente a él como pueda serlo un gemelo, una muchacha despreocupada, frívola, obsesionada con la moda y con estar a la última... Y que ve con muy buenos ojos los intentos del apuesto veterinario del barrio, Seishiro Sakurazuka, por conquistar el esquivo corazón de Subaru.
La figura de Seishiro cada vez más misteriosa, con tintes siniestros: es evidente que para él su relación con Subaru es importante y que usará sus bien escondidos poderes sobrenaturales para protegerle. Pero, en ese caso, ¿por qué oculta la magnitud de su habilidad mágica a Subaru y Hokuto?¿Es por miedo al rechazo del clan Sumeragi, enemigos jurados de los Sakurazuka? ¿Quiere dejar atrás el pasado de su clan y empezar una nueva vida al lado de su persona amada? ¿O tiene algo que ver con el misterioso sueño recurrente de Subaru, el recuerdo de un hecho medio olvidado, cuando un joven le dijo que las flores de cerezo son rosas porque hay cadáveres enterrados entre las raíces de los árboles?
Subaru está muy afectado por la enfermedad de su nuevo amigo, Yuya, un niño con una grave dolencia renal que no va desgastando poco a poco. Su madre está desesperada, esperando un donante que no llega, y se aferra casi desconsoladamente a su hijo, la única familia que le queda tras la muerte de su esposo y la de su otra hija, víctima de la misma enfermedad que Yuya. En su locura, la mujer intenta apuñalar a Subaru para conseguir el rñón que su hijo Yuya necesita, pero Seishiro se interpone y pierde un ojo. Subaru se derrumba, descubriendo que lo que siente por Seishiro es algo que va más allá de la mera amistad. Es el momento de confesarle sus verdaderos sentimientos, pero... Quizá ya es demasiado tarde.